*Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano.
Los procesos urbanos siempre han sido complejos y son un reflejo de las sociedades que las construyen, reproduciendo también las brechas y discriminaciones de la sociedad chilena.
Chile avanza, y nuevos actores aparecen en el escenario exigiendo ser escuchados, lo que obliga a cambiar el paradigma de verticalidad en la conversación urbana y generar nuevos procesos más horizontales y transversales, permitiendo que nuevas voces logren moldear una ciudad más justa y diversa. Las ciudades con alto nivel de participación ciudadana, promueven sociedades más cohesionadas, informadas y comprometidas con su entorno urbano generando procesos más complejos y, por lo mismo, más completos.
Hoy, las voces de las mujeres han logrado un espacio en la opinión pública. Sus pares, colegas y cercanos han posibilitado que esa nueva voz tenga una opinión en el nuevo fenómeno de la ciudad como asunto público, pues no está demás decir que somos más de la mitad de la población nacional, lo cual no se corresponde con el poco espacio que hemos tenido en las diversas esferas de decisión del proyecto país.
Si la ciudad se construye con todos, existe una deuda histórica con nuestra experiencia en el espacio urbano, experiencia que no solo nos representa en nuestra condición individual, sino también -probablemente- a niños y adultos mayores, quienes son cuidados mayoritariamente por mujeres.
Es importante entender que la voz de las mujeres es tan diversa como mujeres hay, presentando numerosas realidades y expectativas frente a lo que el actual modelo social y urbano les provee. Incorporar nuevas miradas significará no solo hacer más segura la ciudad de hoy, sino darle una oportunidad de repensar las dinámicas de manera amplia, como un espacio que tiene responsabilidades compartidas con -por ejemplo- el derecho al ocio o, quizás, una ciudad cuidadora, como definió Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, refiriéndose a una responsabilidad compartida entre el Estado, el mercado, las familias, la comunidad, los hombres y las mujeres. Todos en las labores de cuidado.
Motivadas por pensar ésta nueva ciudad compartida, diversas mujeres trabajan día a día por relevar ésta conversación, por lo mismo, -en virtud de la colaboración- es que nace la Red de Mujeres por la Ciudad, un espacio abierto de intercambio de debates y propuestas, que está constituido por personas y organizaciones de diversos ámbitos que buscan aportar al cumplimiento y promoción de los derechos de las mujeres y la igualdad de género en una ciudad injusta que expone a las mujeres a una violencia constante y naturalizada, donde 8 de cada 10 mujeres ha sufrido acoso en el espacio público, en especial hacia las niñas y jóvenes de nuestro país, donde esa cifra sube a más de 9.
Para eso, la red se consolida como una nueva protagonista en el debate urbano, con el fin de ampliarlo y pensar una nueva forma de hacer ciudad, entendiendo que el desarrollo urbano de la sociedad enfrenta hoy diversos desafíos, donde uno de los más importantes y reconocido por la Naciones Unidas , es la equidad de género.
La sociedad está cambiando, también lo debe hacer la manera de hacer ciudad.