El presidente del CNDU Sergio Baeriswyl fue el encargado de cerrar el lanzamiento del proyecto Ciudad con Todos, liderado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica. En el seminario, expusieron también nuestros consejeros Luis Eduardo Bresciani, Mauricio Varela y el ministro de Vivienda Cristián Monckeberg, quien anunció la creación de un proyecto de ley en materia de integración social y densificación equilibrada.
Uno de los sellos de Sergio Baeriswyl como presidente del CNDU ha sido destacar la necesidad de mover la discusión sobre la ciudad de Santiago, preocupándonos también de lo que está pasando en el resto de las urbes del país, sobre todo cuando un 62% de los chilenos que vive en ciudades lo hace fuera de la capital.
En esta línea, Baeriswyl destacó que el proceso de densificación, que en la década los 80 los urbanistas nacionales vieron como una solución para revertir la expansión de las ciudades, hoy se ha transformado en un problema. Por eso, desde el CNDU se plantea la densificación equilibrada.
«Este no es un fenómeno que ocurre sólo en Santiago. Se está dando en Puerto Montt, Punta Arenas, Chillán, Arica, Iquique. Es un fenómeno nacional y complejo que debemos atender. No sólo las ciudades grandes pasan por procesos de densificación», explicó.
Baeriswyl explicó que el mercado podía resolver el problema de la densificación como se planteaba antes, pero que solo, no puede responder al tema del equilibrio. Para eso, explicó, se necesitan acciones, herramientas, normas y leyes en cuyas propuestas el consejo está trabajando.
Para tener una densificación equilibrada son necesarios cuatro elementos:
- Ocupar la matriz institucional de la ciudad de forma democrática.
- Incluir la integración social, que la densificación por sí sola no produce.
- Que la densificación tenga un componente de agregado morfológico dentro de la ciudad.
- La construcción de un capital social, de comunidad. No da lo mismo tener un cierto número de familias viviendo en un edificio o tener un número que efectivamente permita la construcción de comunidades.
DENSIFICACIÓN E INTEGRACIÓN, DE LA MANO
El ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, anunció que el presidente Sebastián Piñera «va a presentar un proyecto de ley que busca generar alguna modificaciones legales y reglamentarias para promover de mejor manera la integración social y territorial, con beneficios urbanísticos y, por otro lado, la densificación equilibrada. Yo soy un convencido de que si el Estado hace una inversión pública, esa inversión pública genera una plusvalía y esa plusvalía tiene que aprovecharla la ciudadanía. Si yo hago una línea de metro, los alcaldes y quienes viven ahí tienen que saber que ahí va a haber densificación equilibrada y eso tiene que estar asociado a integración”, señaló.
Sus declaraciones van en línea con los resultados de los números presentados por el Centro de Políticas Públicas de la UC, que detectó que en once comunas de Santiago existe potencial para construir 534.100 viviendas en zonas de siete o más pisos. En el marco del proyecto, Ciudad con Todos, se especificarán cuáles de estas zonas presentan mejores condiciones de accesibilidad a servicios e infraestructura de áreas verdes, salud, educación y transporte.
Actualmente, en la capital hay 9.916 hogares con allegados, mientras que en Recoleta la cifra llega a 3.407 y en Estación Central a 3.328. En estas zonas, bien ubicadas, no hay viviendas accesibles para arriendo ni para compra para las familias de clase media, debido a sus altos precios. El sueldo promedio requerido para arrendar una vivienda de dos dormitorios es de $1.218.411 y $1.058.506, respectivamente.
“El sueldo promedio que se necesita para comprar un departamento nuevo de dos dormitorios en Santiago es de $1.880.000 aproximadamente, en circunstancias que la mediana del ingreso en Chile es de 380.000, según el INE. Existe un problema de accesibilidad a la vivienda y urge que el Estado lo aborde”, explicó Pía Mora, coordinadora de Ciudad con Todos.
Para lograr una densificación equilibrada, se requiere contar con normativas adecuadas y coherentes para este propósito. Esto se ve dificultado por la fragmentación de los instrumentos de planificación. Por ejemplo, al analizar la avenida Vicuña Mackenna se encontró que ésta traspasa siete comunas distintas: o sea, pasa por siete planes reguladores distintos, con alturas de construcción muy disímiles entre sí.
Otro de los hallazgos del proyecto es que en el primer semestre de 2018 hubo casi cuatro mil promesas de compra venta por casas, mientras que las promesas por departamentos llegaron a trece mil. Sin embargo, al analizar las viviendas de integración social DS19/116, las casas representaron el 27% de las promesas en la Región Metropolitana, mientras que en el caso de los departamentos, la cifra llegó apenas al 1,5%. Esta situación refleja la urgencia de generar mecanismos que garanticen buenas localizaciones a los subsidios de integración social.
Desde el sector privado toman el guante y reconocen el desafío. «Queremos ayudar a generar una visión de consenso y abrir la conversación sobre los temas de ciudad. Hasta ahora hemos visto una discusión polarizada y sin información. La ADI también tiene el rol de mover a las mejores empresas de la industria hacia una posición de densificación equilibrada, que no es más que una postura de desarrollo sostenible», señaló Mauricio Varela, presidente de la ADI.
EL PROYECTO
En el seminario de lanzamiento del proyecto «Ciudad con Todos: Diálogo para una densificación equilibrada», se presentaron cifras preliminares que incentivaron la discusión. Participaron Luis Eduardo Bresciani, director de la Escuela de Arquitectura UC; Carlos Montes, presidente del Senado; Camila Ramírez, directora de Gestión Urbana de Urbanismo Social; y Mauricio Varela, presidente de Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios. El seminario finalizó con las palabras de Sergio Baeriswyl, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano.
Durante todo un año Ciudad con Todos realizará discusiones y mesas de trabajo, con el objetivo de que los nuevos proyectos habitacionales se inscriban en un proceso planificado, que favorezca la integración y la eficiencia en el uso de los recursos, y que considere la participación ciudadana propositiva y la sustentabilidad económica.
Una de las fortalezas del proyecto es que busca reunir a todos los actores involucrados. Camila Ramírez de la Fundación Urbanismo Social, planteó como clave el rol de la sociedad civil pues «relevan la mirada desde las personas en los procesos de densificación para propiciar la cohesión social, que es finalmente lo que le dará la sostenibilidad física y social a la ciudad construida».