En un panel también compuesto por el ministro de Vivienda Cristián Monckeberg y los consejeros CNDU Mauricio Varela (ADI) e Ignacio Hernández (AOA), Giménez presentó, ante un público compuesto principalmente por actores del mercado inmobiliario, la Política Nacional de Desarrollo Urbano y los actuales planes de trabajo del consejo.
La cita era a las nueve de la mañana, en el auditorio de la ESE Business School de la Universidad de los Andes. El tema del seminario, ¿Hacia dónde va el mercado inmobiliario 2019?
En ese contexto, tanto el ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, como la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, Pilar Giménez, debían exponer qué acciones está llevando a cabo cada institución relativa a temas inmobiliarios. El ministro, por una parte, tenía que contar la hoja de ruta de su cartera. Giménez, debía dar cuenta de la existencia de la Política Nacional de Desarrollo Urbano que guía el futuro de las ciudades a través de un consenso transversal entre un consejo de académicos, representantes de las organizaciones civiles, ministros y expertos de todo el espectro político.
El primero en exponer fue, precisamente, el ministro.
«NOSOTROS ENTENDEMOS QUE LA CIUDAD TIENE QUE CRECER, PERO DE FORMA EQUILIBRADA Y ORDENADA»
El encargado de la cartera de Vivienda partió su discurso contando uno de los primeros mandatos que le encargó el presidente Sebastián Piñera al nombrarlo ministro: darle importancia fortalecer la relación entre los sectores público y privado. Entendiendo, que es el Estado el que fija la ruta, pero que siempre es importante estar alineado con el privado para lograr un desarrollo armónico, con el fin de lograr una relación estratégica que permita darle mejor calidad de vida a las personas y, por tanto, hacerlas más felices.
Luego, agregó que una de las más importantes, sino la principal preocupación del ministerio hoy, es la integración social. «Nosotros entendemos que la ciudad tiene que crecer, pero de forma equilibrada y ordenada. En los años 80′ las soluciones habitacionales que se entregaban muchas veces eran solo un sitio, en la periferia. Se tomaron malas decisiones desde el punto de vista social, familiar y de planificación urbana», explicó.
Para desarrollar este tema, el ministro anunció que en el corto plazo el presidente Sebastián Piñera presentará un proyecto de ley de integración social que busca, entre otras cosas, fomentar la densificación equilibrada a través de permisos especiales a privados para construir proyectos de viviendas sociales y comercio, entre otras cosas, sin permitir obviamente la construcción de «edificios gigantescos que no permitan una buena calidad de vida». En ese sentido, agregó: «Si el Estado hace una inversión, eso tiene que venir acompañado de densificación porque, si no, el uso de suelo seguirá subiendo y las familias no podrán acceder a viviendas en buenos lugares. Con este proyecto buscamos generar zonas de integración en sectores donde hay inversión del Estado, a cambio de que se generen beneficios urbanísticos como permisos para construir edificios de más pisos de lo que habitualmente permite el plan regulador, por ejemplo».
A PASO SEGURO
Pilar Giménez, secretaria ejecutiva del CNDU, explicó que uno de los principales atributos del consejo, encargado de implementar la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) es, precisamente, poder levantar la mirada y observar las problemáticas que aquejan a las ciudades chilenas sin el apuro de la contingencia. Buscar soluciones, pero de fondo.
Para presentar el trabajo del consejo, Giménez dio cuenta de la historia de la PNDU; firmada por el presidente Sebastián Piñera en su primer gobierno, luego fue implementada por la presidenta Michelle Bachelet quien, de hecho, constituyó el primer Consejo Nacional de Desarrollo Urbano. «Esto demuestra que ya comprendimos, todos los sectores, que los temas de ciudad no son posibles de resolver en el corto plazo, en un solo período de gobierno. Por lo tanto, deben ser políticas de Estado que vayan avanzando poco a poco a través de los distintos gobiernos», recalcó.
La base de la PNDU es mejorar la calidad de vida de las personas en base al desarrollo sustentable, explicó. Y para eso, se estructura en cinco capítulos: desarrollo económico, integración social, equilibrio ambiental, identidad y patrimonio e institucionalidad y gobernanza.
«No hay ninguna ciudad de Chile que cuente con un plan a largo plazo que integre proyectos, planes de acción programados para el futuro. No tenemos ese planteamiento estratégico de pensar qué necesidades vendrán de la población y cómo la ciudad va a responder a ellas. Ese análisis, no lo hacen los planes reguladores, que responden a otra lógica», advirtió. Y con nuevas necesidades se refirió al tema del envejecimiento de la población, migración y género.
Finalmente, dio cuenta de los cuatro grupos de trabajo que actualmente están ejecutándose, poniendo énfasis en el de integración social, sobre todo cuando la segregación es uno de los principales dolores de la sociedad chilena. Por esto ya se le entregó una propuesta al ministro Monckeberg que dice relación con identificar lugares con potencialidad para generar incentivos para que los privados desarrollen proyectos que sirvan como mediación social. Lo mismo con lugares que ya están segregados y que tengan déficit de servicios; el CNDU propone que el Estado haga una serie de inversiones directas para superar esos déficit y así incentivar a familias con ingresos mejores a moverse a esos lugares y atraer la inversión privada.
Los demás grupos de trabajo que se encuentran actualmente en ejecución son el de densificación equilibrada, riesgo y cambio climático e instrumentos de planificación territorial.
Finalmente, Giménez volvió a valorar la transversalidad del consejo como uno de sus principales atributos positivos: «Las autoridades ministeriales que están armando proyectos de ley quieren tener la opinión de nuestro consejo porque saben que es un espacio transversal, donde distintas personas validaron las ideas que se proponen».
UN URBANISMO CENTRADO EN LAS PERSONAS
En el seminario, además, expusieron otros dos importantes consejeros del CNDU: Mauricio Varela, presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) e Ignacio Hernández, de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile (AOA).
Varela destacó la importancia de considerar la densificación equilibrada en cualquier plan de integración social y, aseguró, que Santiago no es una ciudad súper densa como se ha dicho. «Parte importante del territorio del Gran Santiago presenta baja densidad. Hay suelo disponible. Y la ciudad más densa, en general, es más sostenible desde el punto de vista del impacto de la huella de carbono. Esa idea, que en los países desarrollados está súper presente, al parecer en Chile aún no se convierte en un tema central del discurso de cómo pensar el desarrollo de las ciudades».
Hernández, por su parte, hizo un repaso de la experiencia internacional y valoró que en Chile la segregación de barrios es cada vez menor. Y dejó un mensaje final «Necesitamos más ciudad. La vivienda está siendo resuelta, pero una nueva ciudad, más ciudad, significa mejor equipamiento y espacio público, un urbanismo que esté centrado en las personas».