Opinión

La destrucción del entorno construido, no solo en Santiago

La destrucción del entorno construido, no solo en Santiago

Opinión de Cristóbal Lamarca García Arquitecto y Magister en Geografía. Director de Activa Valdivia, CVS

03/25/2021

Hoy es evidente que nos encontramos en un momento de crecimiento y maduración social en el país. Como muchos de ellos, conlleva dolor, pero ese dolor no tiene que ser violaciones a los DDHH, ni destrucción del entorno construido. Debemos preguntarnos como poner dicho dolor en clave de expresión, de comunicación y de arte. Esta última esfera es capaz de comunicar, transmitir y expresar ideas y sentimientos difíciles de articular de otra manera (*ver como ejemplo el caso del movimiento “extintion rebelion”).

El retiro de la estatua de Plaza Baquedano ha generado más controversia política que la quema de todo el centro cívico de la ciudad de Panguipulli. Municipalidad, correo, juzgado, etc; todo quemado, pero supongo que por ser una acción fuera del distrito de moda no genera la atención suficiente.

Con respecto a la justificación de la violencia en el entorno construido, la pregunta que resuena en los programas de radio y tv y en las columnas de opinión es: ¿tenemos que lograr entender qué es lo que genera el descontento para resolver la violencia?

Mientras no tengamos resuelto el origen del descontento, no podremos parar la violencia… Pues  NO, esa respuesta deja de lado todas las otras maneras de expresión, ya que nunca tendremos todos nuestros problemas resueltos, siempre existirán nuevas necesidades y dolores.

La destrucción y violencia es eso, nada más. Si asumimos que es una manera de expresión o herramienta de negociación, entonces, tendremos violencia y destrucción cada vez que estemos disconformes con cualquier aspecto social, económico o ambiental.

Por otro lado, no es buena la idea de usar la excusa de que, por ejemplo, la quema de una iglesia antigua es lo mismo que una demolición de casonas desusadas por acción de un proyecto inmobiliario, que no se desarrolla armónicamente con lo existente. No podemos pisar ese mismo palito, porque significa que nos ponemos a la misma altura de ese proyecto inmobiliario.

Si borramos lo que nos molesta, entonces, cómo le contamos la historia a las nuevas generaciones. Cuando el busto de Pedro de Valdivia en octubre 2019, colgaba desde el puente Pedro de Valdivia, sobre el río Valdivia, en la ciudad de Valdivia se buscaba socialmente un resignificado.

En ese caso, si el patrimonio cambia de significado, construyamos entonces nuevo patrimonio que cristalice este nuevo significado. La destrucción no es el camino a una nueva construcción de significado, esa es la salida fácil, la salida carente de creatividad, de arte y de expresión.