Opinión

«Construir una sociedad y una ciudad para todas las edades, implica incorporar el curso de vida y la consideración de la heterogeneidad y la integralidad humana», María Teresa, Socióloga y Máster en Gerontología

«Construir una sociedad y una ciudad para todas las edades, implica incorporar el curso de vida y la consideración de la heterogeneidad y la integralidad humana», María Teresa, Socióloga y Máster en Gerontología

Opinión de María Teresa, Socióloga y Máster en Gerontología. Fundación Procultura,

10/01/2020

En un nuevo día de las personas mayores o de edad conversamos con María Teresa Abusleme, sociólologa, máster en Política y Gobierno, y Gerontología y Directora de Estudios Fundación PROCULTURA, sobre las brechas urbanas que vive ese grupo de la población, cambios a fomentar en la planificación de las ciudades para que sean realmente inclusivas, la intergeneracionalidad en las políticas implementar y la necesidad de una perspectiva distinta de la vejez.  

Frente a la pandemia reafirma la relevancia de tener ciudades amigables con las personas mayores, que les permiten acceder a ella en las mismas condiciones que otros grupos etarios.

La pandemia pone en jaque la operatividad de las ciudades y nuestro diario vivir en ellas ¿Cuáles son las brechas urbanas que en este nuevo escenario se han evidenciado con mayor fuerza o aumentado para las personas mayores?

La mayor brecha urbana es la mirada que existe a nivel social de la vejez. Hemos presenciado cómo se ha mirado a las personas mayores como objetos de protección que necesitan cuidados, no que los pueden proveer y colaborar en enfrentar la pandemia desde su experiencia e historia de vida.

Si bien Chile ha ratificado la Convención Interamericana para la Protección de Derehos de las Personas Mayores, no vemos un avance al respecto. De hecho, la dignidad, es decir, que todos tenemos el mismo valor; la autonomía, traducido a la posibilidad de tomar nuestras propias decisiones y autogestiorarnos; sumado a la participación son derechos fundamentales. Cabe decir que esto no ha sido solo en Chile, sino que también en muchos otros países.

La ciudad, en este sentido, debe proveer de la posibilidad de ejercer estos derechos, no obstante, antes de la pandemia, ya las condiciones eran insuficientes. Me refiero a pavimentados y veredas en mal estado, semáforos de corta duración que no permiten a una persona cruzar adecuadamente, carencia de áreas verdes, sobre todo en las comunas mas vulnerables, falta de iluminación, entre otras cosas.

Se suman las digitales en momentos en que una buena conexión y alfabetización digital permiten hacer innumerables trámites, manteniendo los resguardos sanitarios. ¿Cómo se puede abordar dicha situación?  

El uso de las tecnologías ha sido de suma importancia en la pandemia. Chile al ser un país con una importante desigualdad, no estaba preparado para el uso de éstas. Si bien la conexión a la red de internet, de acuerdo a las cifras de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, ha aumentado, alcanzando el 85,7% de la población, un 30% lo hace a través de teléfonos móviles. Existen diferencias entre las zonas urbanas y rurales, en las primeras el acceso es más alto con un 89,1% de conectividad, cifra que disminuye a 76,7% en las zonas rurales. Si además se hace un análisis por quintil del acceso a Internet, el 65,8% del primer quintil y el 77,2% del segundo quintil carece de este servicio. Se adiciona que solo el 54,8% de las personas tiene un computador portátil y el 20,6% un computador fijo, siendo el teléfono nuevamente el dispositivo más prominente de tenencia con un 95% (Estudio realizado el 2017 por la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile).

Con esta realidad, no llama la atención que uno de los problemas para implementar apoyos o relaciones en línea, sea el escaso nivel de acceso a un buen soporte digital, tanto de internet como de computadores.

A pesar de lo anterior, las personas mayores se han adaptado a esta nueva realidad, aprendiendo o fortaleciendo sus conocimientos digitales. Municipalidades como La Pintana, han establecido charlas y acompañamientos virtuales, con una alta participación. Estas prácticas positivas se desconocen, no obstante, empoderan a las personas mayores y les dan la posibilidad de expresarse y estar en el mundo, por lo tanto hacer uso de sus derechos y, por supuesto, de la ciudad como encuentro. A su vez, potencian un aspecto central que son las prácticas intergeneracionales.

La intergeneracionalidad promueve una mayor valoración de las personas mayores, se sienten ellas más valoradas, porque les permite sentirse útiles y consideradas en su entorno, cambiándoles la visión de sí mismos.

¿Desde tu perspectiva cómo ha afectado a la población de personas de edad las condiciones de encierro?

Desde lo físico y lo psicológico, hemos visto y leído como las propias personas mayores han planteado el efecto negativo del encierro, entendiendo éste como aislamiento social, el cual está compuesto de aislamiento estructural, que se refiere al número de contactos o redes que tiene el sujeto, el aislamiento funcional, relativo al apoyo percibido y objetivo de la red y la soledad, que es la experiencia subjetiva. De acuerdo a los artículos de Qualter, existe evidencia que lo que más afecta el bienestar es la soledad, producto que se agudiza la desconfianza, se dificulta la conexión con los otros, afecta la cognición.

Surge por lo tanto una afectación en la calidad de vida de este grupo etario, concepto que involucra, a propósito de los planteamientos de Schalock y Verdugo, el bienestar emocional y físico, las relaciones personales y la interacción con otros, la inclusión social y la integración, el desarrollo personal, definido por sus capacidades, habilidades y competencias, el bienestar material, la autodeterminación, relativo a la realización de su proyecto vital y el conocimiento y defensa de los derechos.

Si uno analiza, cada uno de estos componentes, puede darse cuenta que todo ellos se materializan en la ciudad, por ello, la importancia de tener ciudades amigables con las personas mayores, que les permiten acceder a ella en las mismas condiciones que otros grupos etarios.

El Censo 2017 reveló que en Chile las personas mayores superan los 2 millones 800 mil personas, equivalente al 16,2% de los habitantes del país. ¿Qué aspectos debemos modificar en nuestras ciudades entendiendo que el promedio de edad de la población va en aumento?

Resultados de estudios realizados por el CNDU y SUR, Corporación de Estudios Sociales y Educación, relevan temas y áreas donde se podría incluir la edad como marco de acción y discusión. Éstas son:

  • Los Planes y programas de vivienda deben estar basados en la libertad de elección de las personas.
  • Planes públicos o público-privados que promuevan la integración social al interior de las ciudades, estableciendo tanto condiciones normativas de carácter general aplicables a dichos proyectos como mecanismos de incentivos.
  • Políticas de vivienda social y programas multisectoriales de habilitación social, educación y capacitación.
  • Acciones que fomenten y apoyen la participación y la creación de organizaciones de base en los barrios, comunidades y conjuntos, como instancias de integración social y desarrollo local.
  • La Aplicación real y masiva de políticas y requisitos de accesibilidad universal para el diseño de las ciudades, sus espacios públicos, medios de transporte y edificaciones.
  • El Diseño del espacio público considerando su dimensión cultural y no solo su dimensión funcional o utilitaria, en tanto representa la identidad y valores de las diferentes comunidades.
  • Políticas de fomento al trabajo y el pleno empleo para aquellas personas que quieran u opten seguir trabajando.
  • Políticas educativas y de capacitación a lo largo del curso de vida.
  • Diseño de instrumentos de planificación territorial, multisectorial, descentralizado y participativo.
  • Políticas de prevención y anticipación ante las emegencias y los desastres.
  • Políticas o acciones que previenen el desarraigo, sobre todo en relación al acceso a arriendos de viviendas, recuperación y construcciones públicas.

Por medio de lo anterior, se reconoce la heterogeneidad de las personas mayores, la cual emana de la dignidad y la autonomía, y se promueve una participación activa que redunda en una mejor calidad de vida, evitando la segregación y el viejismo. A su vez, se consagra el derecho a la participación prescrito en la Convención Interamericana de Protección de Derechos de las personas mayores, que congrega y es inseparable del derecho a la igualdad y no discriminación y a la independencia y autonomía.

En este sentido, lograr la participación de las personas mayores no pasa solamente por un tema jurídico, sino que también social, es necesario que la sociedad en su conjunto tome conciencia de la nueva estructura demográfica del país, en el entendido que ésta puede incrementar las oportunidades y no solo ser un desafío.

La pandemia ha permitido la recuperación de espacios públicos y expertos coinciden en la importancia de fomentar la movilidad activa (peatones y ciclistas) ¿Cuáles son las dificultades que viven las personas de edad al momento de disponer de estos espacios públicos? 

Muchos de ellos no consideran la realidad de las personas mayores y su curso de vida. Están pensados, muchas veces, para el uso de otros grupos etarios, que no siempre permite la posibilidad de ser utilizados por las personas mayores. En este sentido, y tal como lo he planteado anteriormente, existe un maltrato estructural, donde perduran aspectos que llevan a la imagen negativa de la vejez que redunda en la falta de inclusión. Me parece, como sostuve en la pregunta previa, que es importante que los diseños de estas acciones de recuperación consideren la heterogeneidad de la vejez, existe tantas vejeces como personas mayores. Cada uno envejece como ha vivido, por lo que es imperativo evitar las miradas homogéneas y limitadas a los problemas de salud y la enfermedad. Es ese biologisismo lo que muchas veces les impide a los profesionales y la sociedad completa considerar la vejez en los diseños de una ciudad más amigable.

El Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, Estados Unidos,  indica que Chile aumentará en dos años la expectativa de vida en las próximas dos décadas, llegando en promedio 82 años ¿Qué cambios vemos o debemos impulsar en las viviendas, su organización e infraestructura?

Me parece que primero es de vital importancia que desde la infancia, pasando por la juventud, y sobre todo en las universidades e institutos profesionales, se dialogue en torno al envejecimiento, la vejez y sus características con las nuevas generaciones. Esto permitirá tener una masa crítica a nivel social que genere innovación en el diseño de estructuras urbanas, considerando por supuesto las viviendas. Entrando en un mayor detalle, se requiere evitar las escaleras y escalores, los muebles en altura, los pisos que no permiten la adherencia, la construcción de casas de un solo piso, entre otras cosas. De alguna forma esto se traduce en la consideración de apoyos centrados en las características de los distintos grupos etarios, que permitan mejorar o mantener las condiciones sociosanitarias.

Constantemente en la discusión pública se habla de personas mayores, sin entrar en detalle de las distintas edades y situaciones de ese grupo de la población ¿Crees que en la planificación de las ciudades falta una mirada que aborde esas diferencias?

Sin lugar a dudas. Hay que considerar que con, tal como preguntabas, el aumento de la expectativa de vida, la vejez puede llegar a ser la etapa más larga de la vida. Una de las discusiones importantes que ha mantenido la sociología a lo largo de su historia es la relación entre el sujeto y su entorno, entre la diferenciación y la integración. La modernidad a través de sus distintos autores ha generado distintos caminos para entender la posición del ser humano. No obstante, el concepto de identidad que surge en el propio devenir del sujeto, si bien se instala a lo largo del curso de vida, esta instalación no es definitiva, sino más bien se articula como un movimiento constante. Por otra parte, el hombre no vive en la actualidad en estado de naturaleza. Desde esta perspectiva, la Organización Mundial de la Salud ha instalado el concepto de ciudades para todas las edades, de tal forma de que ningún grupo etario sea excluido, quede aislado o inhabilitado. Por ende la mirada que deberíamos tener como sociedad es la del reconocimento de acuerdo a la teoría de Honneth, lo que implica abordar los actos discursivos y de acción, evitando la pérdida de la mirada de derechos que tienen los sujetos a lo largo de su curso de vida.

¿Qué ejemplos a nivel internacional existen de urbes que fomenten el concepto de Ciudades 8/80?

El Programa Ciudades Amigables con las Personas Mayores aborda 8 áreas fundamentales para el fortalecimiento de la autonomía y mejoramiento de la calidad de vida de las personas de 60 y más años y de la sociedad en general, las cuales son: Transporte, Vivienda, Participación Social, Respeto e Inclusión Social, Participación Cívica y Empleo, Comunicación e Información, Servicios Comunitarios y de Salud, Espacios al Aire Libre y Edificios. A nivel mundial, son más 300 ciudades las que se han adherido a esta iniciativa de la OMS, entre ellos, Chile, Costa Rica, México, Jamaica, Puerto Rico, Argentina, Jordanía, Paquistán, Suiza, Irlanda, Japón, Reino Unido, Kenia, Estados Unidos, por mencionar algunos. 

Siguiendo los lineamientos de la OMS para que una ciudad o comuna sea realmente amigable debe cumplir con las siguientes etapas: Diagnóstico y articulación intersectorial por medio de la conformación de mesas de trabajo con la participación de personas mayores, gobiernos locales, gobierno central, sociedad civil, academia y el sector privado, con el fin de diagnosticar, levantar brechas existentes y priorizar temáticas en torno a las personas mayores, generando acciones concretas de mejoramiento; implementación de un modelo de acompañamiento territorial sustentable y de un sistema de seguimiento y evaluación del estado de avance de la planificación e implementación de las acciones diseñadas.

De manera específica, en la actualidad existe en distintos países de Europa el cohousing, lo cual ofrece a las personas mayores una solución habitacional individual con equipamientos comunitarios y accesibilidad universal en las que las personas deben formar comunidad implementar procesos participativos de autogestión de actividades.

El sistema de transporte neozalandés, ha integrado los sistemas de transporte bus, metro y ferri, dotándolos de espacios que garanticen el acceso de las personas en situación de discapacidad y/o con movilidad reducida, y contando con sistemas de información que consideren las necesidades especiales de las personas. La iniciativa, gracias a un correcto diseño, planificación e implementación junto con promover la participación social, permite el desarrollo económico del país, fomenta el equilibrio ambiental, impacta en la institucionalidad y gobernanza, dado que promueve un reordenamiento institucional, tanto de la administración central como de los gobiernos locales para obtener un sistema integrado y descentralizado en materia de desarrollo urbano.

En Dijon, Francia, se ha instalado un polo gerontológico que promueve el apoyo a las personas mayores por medio de alianzas público privadas, en este caso entre el municipio, empresas y organizaciones dedicadas al apoyo y el cuidado de personas mayores, generando de esta manera nuevas oportunidades de desarrollo económico y promoviendo la participación de diversos sectores en la resolución de los problemas sociales.

¿Qué aspectos o políticas a nivel nacional se pueden destacar y que han permitido que las personas de edad puedan disfrutar más de las ciudades?

Me parece que ha sido muy importante, la inclusión en la agenda pública, en especíco en el Servicio Nacional del Adulto Mayor, el programa de ciudades amigables, el cual entrega fondos en dinero para el mejoramiento de la infraestructura en la ciudada y el fomento de la participación de las personas mayores. Otro programa muy interesante son los condominios de viviendas tuteladas, instancia que tiene su origen en un convenio entre el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU). Su objetivo es dar respuesta a la demanda de las personas mayores en situación de vulnerabilidad, que requieren de viviendas adecuadas para su residencia, además de integración socio comunitaria y apoyo social. Se les provee de este modo, de una solución habitacional y del fortalecimiento de la red de apoyo e intervención social. A su vez, los municipios han establecidos programas, relativos a talleres y acciones de participación, que buscan fomentar la intergeneracionalidad y el envejecimiento activo, término que ha acuñado la OMS y los distintos países, definiéndolo como la optimización de las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante todo el ciclo vital, de tal forma ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez.

Finalmente, desde la Seremi de Cultura de la región de Valparaíso, se ha instalado la iniciativa Recreo, la cual por medio del fomento del patrimonio vivo, como lo son las bordadoras de Isla Negra, ha permitido que niños y niñas de sexto y séptimo básico de escuelas públicas y privadas, conozcan y experimenten las artes y la cultura desde la intergeneracionalidad, instalando desde la infancia una mirada positiva y creativa del envejecimiento y la vejez. Sin lugar a dudas, esto permitirá a futuro que se fomente la integración, ocupándose el espacio público desde una ciudad para todas las edades, en todas sus dimensiones, cultural, económica y social. Construir una sociedad y una ciudad para todas las edades, implica incorporar el curso de vida y la consideración de la heterogeneidad y la integralidad humana como hechos concretos y pragmáticos, posibles de ser considerados y llevados a cabo por todas colectividades, tanto públicas como privadas.