El Mercurio publicó nota sobre nuevo documento desarrollado por el CNDU titulado “Recomendaciones para las ciudades chilenas frente a la pandemia” que nace como respuesta a la crisis sanitaria que ha afectado nuestra vida urbana y que se complementa a la Agenda Social Urbana que ya había dado a conocer la entidad.
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La emergencia mundial por el covid-19 ha alterado la vida en las ciudades, y eso motivó al Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) a elaborar un documento de recomendaciones que sería presentado hoy al Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
El trabajo contiene propuestas para abordar problemáticas sociales que se han agudizado con la pandemia. Se divide en dos partes: la inicial analiza el hacinamiento que experimentan muchas familias chilenas y la segunda se centra en el concepto de “ciudad saludable”.
En el primer caso, el CNDU plantea modificaciones legales y reglamentarias para favorecer la integración social desde la planificación, por ejemplo, permitiendo que los proyectos de vivienda integrada consideren mecanismos de mantención de gastos comunitarios.
Iniciativas
Sergio Baeriswyl, presidente del consejo y Premio Nacional de Urbanismo 2014, afirma que la falta de vivienda es el principal problema social del momento en Chile.
“Es lo que provoca que muchas personas tengan que emigrar a campamentos, donde no se reúnen las condiciones sanitarias básicas”, grafica el arquitecto.
Una de las recomendaciones a corto plazo que da el consejo, de hecho, es garantizar el agua potable en campamentos. “El 30% de ellos no cuenta con agua y es fundamental en tiempos de pandemia”, agrega Baeriswyl.
En sus propuestas, el CNDU llama a “poner especial atención con las tomas de terrenos que puedan generarse (…) sobre todo en terrenos expuestos a amenazas naturales”.
Baeriswyl detalla que “es esperable, y lo advertimos, que producto de la presión del hacinamiento y el confinamiento se pueda generar un proceso de tomas de terrenos para lograr asentamientos precarios, que para las familias a veces pueden parecer mejores, ya que reducen el hacinamiento”.
“Es una advertencia para el Estado. De poco sirve advertirles a los municipios, siendo que estos tienen muy pocas herramientas para evitar el hacinamiento”, Felipe Arteaga, consejero CNDU.
La segunda parte del documento ahonda en el concepto de “ciudad saludable” y resiliente frente otras crisis sanitarias y pandemias. Propone acercar servicios a los barrios y generar modos de transporte sustentables.
Los expertos apuntan a la necesidad de crear urbes más integradas, con mayor accesibilidad a los servicios básicos frente a crisis sanitarias y que permitan sobrellevar de mejor manera las condiciones excepcionales de encierro de una emergencia como la que vive hoy el planeta.
En materia de conectividad, en tanto, el documento toca aspectos como implementar jornadas combinadas entre días de trabajo presencial y a distancia, activar temporalmente nuevas pistas exclusivas para el transporte público, establecer horarios diferenciados de entrada y salida de estudiantes y trabajadores para descongestionar las horas punta, y restringir estacionamientos en la superficie durante ciertos horarios.