Chile está viviendo momentos de profundas transformaciones. Los sucesos recientes han removido con fuerza la forma en que mirábamos la sociedad y también nuestro futuro. Ahora vemos a nuestras ciudades como protagonistas silenciosas de muchos de los problemas que miles de personas comparten y expresan en las calles. En efecto, no tenemos dudas que las ciudades tienen una enorme responsabilidad en las carencias de equidad e integración social, pero también creemos que son parte fundamental de las soluciones para construir un mejor futuro.
Educar ha sido siempre un ejercicio noble de máxima responsabilidad, y sentimos que esa tarea es, también ahora, frente a las necesidades de una sociedad más despierta, más sensible y exigente con su entorno. Nunca el ejercicio de enseñar ha estado al margen de la realidad de nuestras ciudades, pero hoy enfrentamos la urgencia de perseverar con mayor protagonismo en las transformaciones que requerimos como país. Necesitamos mejores lugares para vivir, casas más dignas, ciudades más integradas y mayor participación de sus ciudadanos, como algunos de los desafíos que debiéramos abordar en nuestra tarea educativa.
Como Consejo Nacional de Desarrollo Urbano invitamos a todas las facultades ligadas al urbanismo, a académicos, investigadores y estudiantes a ejercer un esfuerzo creativo para aportar a los cambios que necesitan nuestras ciudades y a disponer los conocimientos al servicio de las necesidades de la sociedad. Como Consejo nos comprometemos a facilitar todas las instancias necesarias para canalizar sus aportes a la discusión de mejores políticas públicas, entendiendo nuestro rol como un espacio transversal y de convergencia para que el mundo público, privado, académico, gremial y social, construyan en conjunto acuerdos sobre cómo queremos construir el futuro de nuestras ciudades.
