A las nueve de la mañana del viernes 11 de enero, en las oficinas del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, se llevó a cabo el Segundo Conversatorio con Organizaciones Civiles, con el fin de recoger sus voces y agendas para incluirlas en las propuestas que el órgano consultor, presidido por Sergio Baeriswyl, vaya desarrollando en el futuro.
«Queremos crear espacios y vínculos que nos permitan tener un diálogo con las organizaciones. Ser un actor accesible», dijo Baeriswyl al iniciar la jornada.
Primero se presentó el plan de trabajo del CNDU a los presentes, quienes opinaron sobre sus quince puntos, y sugirieron posibles ajustes. Al respecto, Sebastián Bowen, de TECHO, señaló la opción de generar alianzas con el Consejo para sacar adelante agendas en común.
«El CNDU es el claro ejemplo de una política de Estado que ha tenido continuidad. Pero hoy tenemos que dar un paso más allá, creo que tenemos que tener políticas de sociedad, donde uno involucre también a la sociedad civil, y creo que el consejo va caminando hacia ese lado, hacia poder hacer una alianza que es público-privada-social, finalmente. Y eso logra hacer confluir al gran variopinto de intereses y sueños que tenemos cada uno respecto de la ciudad», señaló.
Correr el cerco de lo formal
Luego de la presentación de Baeriswyl, cada actor tuvo el espacio para exponer sobre los temas que lleva su organización. Doris González, vocera de Ukamau y directora de Fundación Feman, expresó que Chile tiene una deuda con el desarrollo de sus ciudades y la integración social. «Hemos ido avanzando mucho, pero hay algo que tiene que ver con las voces de los movimientos de pobladores. Aquellos que en un minuto nos restamos de estos espacios, incluso automarginándonos, porque sentíamos que no nos tomaban en cuenta. Pero ahora tenemos que recoger el conocimiento que existe en las comunidades, el aporte que se ha hecho, porque históricamente en los territorios ha existido la autogestión, ha existido el trabajo barrial, que es tremendamente importante para construir un Chile integrado socialmente, y queremos representar esas voces. Ser parte de este proceso. Correr el cerco de lo formal a través de la organización y la lucha», expresó.
En la misma línea, Pilar Goycoolea, directora ejecutiva de Urbanismo Social, destacó la necesidad de darle importancia a la inversión social a la hora de planificar proyectos urbanos. «No sacamos nada con tener buena infraestructura si es que no tenemos una buena convivencia en la ciudad y no nos tratamos bien como vecinos, como ciudadanos, como país. Toda política urbana, sea del MOP, del Minvu, requiere una inversión en las personas para que sea sostenible en el tiempo», dijo.
Para Javier Morales, director de Fundación Junto al Barrio y también consejero CNDU con cupo de las organizaciones civiles, la instancia fue particularmente provechosa, y proyectó el rol de las organizaciones civiles en el trabajo del Consejo. «Esto debería evolucionar generando una relación entre las organizaciones, que son expertas en sus temas, y el Consejo, para ir trabajando de la mejor manera posible», señaló.
La idea de abrir el trabajo del CNDU a las organizaciones sociales y comunitarias tiene como objetivo poder integrar en la gestión, definición y armado de política públicas a las organizaciones sociales. Así lo explica Sergio Baeriswyl: «Las organizaciones sociales recogen, de manera mucho más sensible, los procesos que están ocurriendo en nuestras ciudades y su visión, sus propuestas, representan genuinos procesos de percepción de la realidad de las ciudades en nuestro país. Lo que buscamos nosotros es integrarlos y poder enriquecernos en la construcción de políticas públicas que a veces, por la institucionalidad, naturalmente construye distancias impropias con la comunidad, que es a la que finalmente nos debemos respecto de la construcción de ciudad».
A la jornada asistieron Felipe Arteaga (Fundación Vivienda) y Javier Morales (Fundación Junto al Barrio), consejeros del CNDU; Marcelo González, de Indepecleta; María Cruz, del Centro Comunitario Naturaleza Viva; Sandra Aguilera, del colectivo Muévete; Kristine France, de la corporación Ciudad Accesible; Davor Posavac, de Ciudad Emergente; Doris González, de la Fundación Feman; Carlos Aubert, de Fundación Mi Parque, Pilar Goycoolea, de Urbanismo Social, Catalina Lorca, del Observatorio CitéSebastián Bowen y Pablo Flores, de Techo; Amarilis Horta, de Bicicultura; y Alejandra Videlas, de Cultiva.