Soy Jeannette Espinoza Toro, tengo 47 años, vivo en Valparaíso, dirigenta social, estoy casada y tengo 3 hijos. Para mi el 8M es un día que ahora vivo mucho más consciente, quizás un poco mas empoderada, y digo quizás, porque es difícil para mí, que fui criada bajo una sociedad y en un seno familiar muy patriarcal y machista, ir derribando barreras de crianza, en el cual se crecía normalizando lo que hoy, ya con el despertar, sabemos que no lo es. Somos tan importantes y valiosas como lo son nuestros compañeros.
Este despertar que vivimos nosotras, me ha servido mucho, y me permitió encantarme de la labor de dirigenta social. Salir de mi casa, de esa burbuja en la que muchas mujeres de mi época e incluso mayores, pasamos nuestros días y vidas pensando y convenciéndonos que para eso vivimos y estamos en este planeta. Salir, conocer profesionales, instituciones y compañeras de labor, te hace ver que nosotras -las mujeres- podemos, debemos y tenemos que estar por derecho y no por gratitud o premio en el lugar que queramos.
Como dirigenta me han hecho sentir que estoy en esta gran e ingrata labor, porque simplemente no tengo nada más que hacer en casa, porque las mujeres solo servimos para estar en grupo para copuchar y perder el tiempo. Pucha que nos toca duro. Tengo que tener harta garra para continuar y perseverar muchas veces, porque trabajo por la comunidad y no para mí, muy pocos /as lo entienden y valoran, y bueno, es con esa parte con la cual me quedo.
Eso me ayuda a continuar y a perseverar, porque siento que debo de golpear más fuerte la mesa para ser escuchada, y ojo que también se nos tilda de impaciente, poco tolerantes o rotas, ¿porque rotas?, si solo pido lo que por derecho nos corresponde, solo trabajo por obtener dignidad y tener una vida de barrio más llevadera y para ir acortando la brecha de desigualdad.
En mi labor como dirigenta he aportado junto a mis compañeras el haber logrado tener derechos, más dignidad y acortando esa brecha de desigualdad, trabajando por nuestra primera plaza en el barrio, la que lleva por nombre “La esperanza viva”, recuperando un espacio en el cual logramos juntarnos con la comunidad y hacer actividades de celebración ( fiestas de navidad, días del niño, fiestas patrias) y/o inauguraciones de otros proyectos que hemos logrado ganar con postulaciones, así como; luminarias en sectores oscuros del barrio, juegos infantiles, nuevas y mejores escalas con barandas en cada una de ellas. Esos son algunos de los proyectos que nos hemos adjudicado, y acá seguimos, creciendo y perseverando y no solo ante las adversidades del machismo social, sino que también ante la poca empatía por el trabajo de la dirigenta social. Pucha que le hemos puesto esfuerzo, tiempo y dedicación, pero aun así se nos sigue encasillando en que no sabemos o no debemos, pero cuando no estamos, nos atacan. Así veo que el patriarcado y el machismo aun en este siglo, nos siguen haciendo responsables a nosotras de lo que nos toca vivir.
Somos únicas en nuestro género, porque somos guerreras desde el inicio de nuestras vidas, por lo que quiero y anhelo que las futuras generaciones tengan un mejor futuro. Para que sea sí, pienso que debemos ser “trabajo en equipo” y nunca más la que apoya o la que se lo merece. Debemos caminar como un equipo en todo ámbito de la vida.
Mi labor y compromiso ahora, que soy más consciente de lo que soy y valgo, es ir inculcando esa consciencia y valor en mi hijo mas pequeño y en las mujeres que hay y se irán sumando a mi vida.
Jeannette Espinoza Toro, Dirigenta Junta de Vecino 143 – Cerro Los Placeres.